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No se puede gobernar en contra de todo un pueblo

Leo Mátiz. Nunca más dictadura. Caracas, 1958.

En una entrevista reciente, el intelectual mexicano Enrique Krauze, afirmó que no se puede gobernar en contra de todo un pueblo. Esta declaración describe el clima de rechazo a la gestión fallida de un régimen que lleva en el poder 25 años. El colapso económico ha caracterizado la gestión de Maduro en la cual se ha reportado la caída del Producto Interno Bruto (PIB) en un 75% entre 2013 y 2021. Junto a la restricción de libertades, la represión y el control de todos los poderes públicos, se ha producido un éxodo de ocho millones de venezolanos que han buscado un destino en diferentes países del mundo. Las familias venezolanas han sido fracturadas y todos nos hemos visto afectados por esta realidad que es producto de la opresión, el hambre y la falta de oportunidades para la juventud en la Venezuela revolucionaria. La situación que vive Venezuela en estos momentos marca un punto de quiebre para la dictadura de Nicolás Maduro y los oficiales gubernamentales que lo acompañan en su delirio por continuar en el poder. En las recientes elecciones del 28 de julio del 2024, el Consejo Nacional Electoral declaró como ganador al candidato oficialista en un primer boletín sin el sustento de las actas electorales de las diferentes entidades del país. Sin embargo, la organización ciudadana de la mano de la líder María Corina Machado logró colectar las actas oficiales de las diferentes mesas las cuales están disponibles en un portal electrónico para su acceso público. De acuerdo con esas cifras, el diplomático Edmundo González Urrutia ganó las elecciones con 7.156.462 (67%) de los votos en contra de 3.241.461 (30%) de los votos del candidato oficialista. Esto significa que el antiguo ambiente polarizado de algunos años atrás ha finalizado y se ha producido la unión de las familias venezolanas en una sola misión: iniciar en el país una vida en democracia y libertad. No se puede gobernar frente a la convicción de todo un pueblo que sabe por quién votó y que quiere vivir en libertad. Ningún esfuerzo por violentar la voluntad de millones de venezolanos podrá prevalecer, pues sencillamente no es sostenible. La comunidad internacional y las organizaciones internacionales tales como la ONU y la OEA deben actuar para defender la violación de derechos humanos que está ocurriendo en Venezuela en los últimos días. El régimen se ha ensañado particularmente con los sectores populares y los activistas políticos por el ejercicio de sus derechos ciudadanos.

El empoderamiento del pueblo mediante su organización en comanditos y en grupos de voluntarios que incluyen fuerzas de todos los sectores sociales del país ha sido el resultado de años de trabajo frente a un régimen borracho de poder que perdió la calle con sus políticas de opresión y hambre. El Foro Penal Venezolano reporta que hay 269 presos políticos en el país (249 son hombres y 20 son mujeres). Una gran parte de ellos son o fueron miembros del sector militar. De manera espeluznante, se reporta que en el período que va desde el 2014 hasta abril del 2024 casi 16.000 venezolanos han pasado por la prisión política y algunos de ellos, excarcelados, permanecen bajo medidas cautelares. Los disidentes son perseguidos por un sistema judicial que actúa a servicio del régimen. En cuanto a las dificultades económicas que han producido la mayor crisis humanitaria de la que se tenga memoria en el país, Bernal (2020) señala lo siguiente: “La crisis alimentaria anunciada por científicos en el año 2007 se ha convertido en una emergencia humanitaria en el 2021. Se fueron gestando una economía desequilibrada, elevados precios de alimentos, falta de servicios básicos como el agua, servicios sanitarios, trayendo como consecuencia una hiperinflación de 3713%, un salario mínimo que cubre 0,88% de la canasta alimentaria, 97% de inseguridad alimentaria, 15% de desnutrición aguda y 30% de baja talla en menores de 5 años.” Es decir, se ha producido un empobrecimiento masivo de la población, lo cual ha traído como consecuencia no sólo la salida de muchos venezolanos a distintos destinos buscando una vida mejor, sino también el deseo de luchar por un cambio a pesar de todas las trabas que el régimen dictatorial ha creado para sus ciudadanos. La población ha decidido con convicción participar de manera activa en un cambio de rumbo y ha confiado en María Corina Machado por su papel de líder honesta, consistente en sus planteamientos y por sus habilidades como gran estratega política. La participación ciudadana representada por más de un millón de voluntarios organizados en sus comunidades en las elecciones del 28 de julio del 2024 demuestra que los venezolanos han decidido tomar las riendas de su destino y propiciar un cambio a través del voto. Este es, sin duda alguna, un gran logro de María Corina Machado y de todo el pueblo venezolano que ha trabajado de manera incansable para lograr este momento de cambio hacia la democracia.

La defensa de los valores democráticos por parte de las naciones libres con las democracias más antiguas del mundo debe ser una fuerza que impulse el cambio en Venezuela. La salud de toda la región suramericana depende de este cambio. La transición pacífica de poder es el escenario que ocurriría en una nación donde se respete la legalidad y la democracia. Sin embargo, el autócrata de Miraflores ha decidido continuar con la tiranía mediante un fraude electoral que ha sido denunciado a través de la presentación de las actas oficiales de votación gracias al trabajo de un millón de voluntarios y a todos los venezolanos que participaron con su voto y decidieron tomar las riendas de su destino. Los países latinoamericanos y las democracias del mundo están en el deber de apoyar el cambio en Venezuela que se ha producido a través de la vía electoral. El pueblo venezolano merece ser libre y merece la oportunidad de vivir en paz. Los actores de la comunidad internacional deben actuar en una coalición que defienda los votos del pueblo venezolano y el sueño de un país que quiere reunir nuevamente a sus familiares en un solo abrazo de hermandad y solidaridad.  No se puede gobernar en contra de todo un pueblo y los venezolanos empoderados han decidido vivir en libertad.

Manuel Díaz-Campos
Bloomington, Indiana, EE.UU.

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