Desde hace algunos años estábamos tras la pista de Rafael Sánchez, un antropólogo nacido en Cuba del que sabíamos había vivido parte de su juventud en Caracas y que, tras radicarse en los Estados Unidos y posteriormete en Europa, desarrolló un importante trabajo enfocado en Venezuela. En el siguiente dossier hemos querido rendir tributo a su obra, ofreciendo extractos de algunas de sus investigaciones, e invitando a una serie de autores para que hablen de sus aportes. Por sugerencia de Juan Cristóbal Castro, con quien pensamos en conjunto este pequeño homenaje, logramos reunir varios materiales que dan cuenta de la relevancia de este notable proyecto.
Si bien en varios textos Rafael venía ofreciendo interesantes aproximaciones a la cultura y política venezolana, no fue sino tras la aparición de su libro Dancing Jacobins: A Venezuelan Genealogy of Latin American Populism (Fordham University Press, 2016), que logró posicionarse sólidamente como uno de los más originales estudiosos del populismo. Este trabajo sirvió no solo para conocer en profundidad la obra de un intelectual de alto vuelo, sino también para acercarnos a una extraordinaria persona.
En la investigación, que ha sido considerada por Claudio Lomnitz como «una de las mayores obras que haya dado la antropología política latinoamericana», Rafael formula el concepto de «gubernamentalidad monumental», que desarrolla una forma de racionalidad de gobierno «en que la población se convierte en el sujeto pastoral del Estado, mediante un conjunto de saberes e instituciones disciplinarias».
Para elaborar esa idea de monumentalización, Rafael no solo apeló al estudio de la historia junto a aquellos que se habían ocupado con tenacidad de escarbar en la genealogía del bolivarianismo como base de la identidad nacional y de una cierta patología del ejercicio del poder en Venezuela (Castro Leiva, Carrera Damas, Salas de Lecuna, Pino Iturrieta, Torres, Ríos, etc.), sino que, echando mano de su experiencia como antropólogo y siguiendo el brillante trabajo de Michael Taussig, The Magic of the State, acudió a las propias fuentes del caso a través de mediums y chamanes encargados de mantener vivo una parte del mito bolivariano en las cortes santeras de las montañas de Sorte, en el estado Yaracuy. «Rara vez la antropología y la historia, los acontecimientos y la teoría, −dice el propio Taussig− se han entrelazado tan bellamente como aquí, por no mencionar la impactante relevancia del pasado para el presente.»
El trabajo es mucho más complejo aún, y encuentra uno de sus más interesantes desarrollos en el baile como encarnación teatral del poder, así como en la idea de «mímesis» como clave para entender esa tensión que Taussig describe como «la monumentalización de la figura de los poseídos». Se trata de una tensión entre las figuras de los padres fundadores, que terminan centrándose en Bolívar como gran modelo, y la capacidad imitativa del sujeto nacional que se abre hacia espacios globalizados a través de la posesión de las más diversas figuras miméticas.
A pesar de esta importante valoración, la obra de Rafael, confinada al campo de la hiperespecialización académica en los Estados Unidos, no solo ha tenido una escasa recepción en Venezuela −en una época donde el sector de las ciencias sociales en el ámbito universitario ha sido arrasado por una nueva actuación del mismo régimen populista que él se había ocupado en estudiar−, sino que poco se le conoce en el emergente campo internacional de los «estudios venezolanos». Por ello, no pocos acogieron con sorpresa la curiosa reseña publicada en The Hemispheric Institute por Javier Guerrero, profesor de literatura, deslumbrado por la creatividad de las formulaciones y el diverso entrecruce de fuentes del trabajo. Inteligente como pocos, Javier hizo una síntesis precisa del libro, comenzando por una problematización del epígrafe que traduce la famosa expresión venezolana: «cara seria, culo rochelero», y resaltando además una de sus tesis centrales: que el argentino Ernesto Laclau no teorizó el populismo per se, sino el populismo radical, que el llamado «significante vacío» nunca puede estar vacío, y que el populismo es un régimen, no sólo un movimiento social. De allí que Rafael afirme que el populismo ha sido un elemento constitutivo del republicanismo venezolano a lo largo de toda su historia.
En febrero de 2022, en el marco de la serie de conversatorios «(Re)pensando a Venezuela» que organiza Trópico Absoluto junto al Departamento de Estudios Románicos de la Universidad de Cornell, Rafael pudo finalmente presentar su trabajo a una audiencia de estudiosos y académicos venezolanos. Allí, con esa elocuente oralidad suya tan del Caribe, se afanó en responder en detalle todas las preguntas y planteamientos que se le hicieron. El objetivo de esa invitación, así como el de este dossier, era saldar una deuda intelectual con un autor que ha aportado una obra clave para entender las configuraciones y desplazamientos del republicanismo latinoamericano. Una transcripción editada de ese encuentro con Manuel Silva-Ferrer forma parte de los textos aquí agrupados.
Al poco tiempo de iniciar un intercambio que auguraba nuevas colaboraciones y el deseo de traducir su libro al español, Rafael fue diagnosticado de cáncer y, en breve, el pasado 22 de febrero de 2024, falleció. En ese lapso, haciendo uso de toda la energía con que contaba produjo un nuevo y fascinante manuscrito autobiográfico que cuenta su infancia en la Cuba de Batista, su adolescencia en la España de Franco, y su descubrimiento de la libertad en la Venezuela que fue objeto de sus estudios. Ese trabajo será publicado el año próximo, y gracias a su esposa y colega, la antropóloga Patricia Spyer, y la mediación de Diómedes Cordero, adelantamos aquí algunos pasajes como entrada a este dossier.
El dossier-homenaje a la obra de Rafael Sánchez incluye también la traducción al español de un fragmento de la introducción de Dancing Jacobins, realizada por el mismo Sánchez y publicada en 2020 por la revista venezolana Akademos, cuyo equipo editorial ha cedido gentilmente (gracias a las gestiones de Rebeca Pineda).
Estos textos se complementan con un ensayo de Juan Cristóbal Castro en el que intenta resumir los aportes del libro de Sánchez desde sus implicaciones culturales y políticas con el contexto venezolano y latinoamericano, y dos contribuciones extraordinarias: un breve homenaje de Claudio Lomnitz, y un brillante estudio etnográfico de Michael Taussig dedicado a Rafael, cuya traducción fue realizada por Daniel Campo, a quien agradecemos su colaboración.
Ojalá este pequeño dossier contribuya a despertar la atención de otros investigadores en una obra que está llamada a convertirse en un clásico. Sobre todo en tiempos como este, en que la democracia atraviesa por un momento de crisis, se hace necesario proveer nuevas perspectivas e insumos para abonar el terreno a la comprensión de fenómenos y problemáticas que pensábamos confinadas al pasado.