Algunas ideas sobre la crítica. A propósito de John Berger y su Another Way of Telling
El crítico de arte inglés John Berger ha publicado en relación al campo de la comunicación fotográfica un libro que a mi juicio es fundamental para juzgar este pensamiento y expresarlo. Se trata de Otra Manera de Contar (1997) –originalmente publicado en Inglaterra como Another Way of Telling, junto a Jean Mohr, fotógrafo y coautor–, un recorrido de pensamientos, imágenes y sentimientos que ha sido también una parte importante de mi propio trabajo.
La palabra crítica tiene varias raíces latinas, indo-europeas, que implican un juicio sobre las cosas, sean obras de arte o cualquier otra cosa. Para ejercer ese juicio hay que «cercenar» (origen indo europeo), es decir, tomar las ideas implícitas en la obra (sujeto) y desarrollar sus contenidos espirituales y artísticos a partir de conceptos.
La crítica está hecha fundamentalmente para su divulgación-comunicación.
En general, la crítica del arte –como es el caso de la fotografía– es un trabajo de especialistas. Son ellos quienes se encargan de investigar y escribir los textos que luego leemos en los catálogos o en las salas de los museos, en los periódicos, o a través de libros y ensayos.
El crítico contempla la obra y elabora sus opiniones basándose generalmente en las ideas de filósofos (citas de autoridad) y otros escritos sobre el tema que le ocupa. Eso hace que a veces estos textos sean tan intelectuales que muy poco se entienden, que no conectan con la mayor parte de la gente sino eruditamente, por lo que no se sabe qué es lo que en verdad están tratando de decirnos. Todo esto puede ser también muy iluminador, pero no lo es todo. A fin de cuentas, se trata siempre del ser humano, el que pinta, el que hace el click, el que siente y vive la situación y los personajes implicados.
A raíz del auge de la inteligencia artificial Yuval Harari ha publicado un denso libro, Nexus (2024), que trata, entre otros asuntos, el problema de la comunicación. Porque cuando uno escribe una crítica, o un comentario sobre una obra es de eso de lo que se trata. La escritura y las palabras fueron creadas para comunicarse. Desde el homo sapiens, el que produce una obra y la situación que es por ésta captada son parte de la experiencia humana y al final es lo que se debe de alguna manera intentar transmitir.
Primero hemos de entender mejor qué es la información, cómo ayuda a construir redes humanas y de qué manera se relaciona con la verdad (Harari, Nexus).
Al final, con este comentario sobre la crítica yo estoy haciendo lo mismo, juzgando, tomando ideas, apoyándolas en las ideas de otros filósofos, intelectuales. Sin embargo, en mi trabajo siempre pretendo tomar en cuenta al ser humano como creador a partir del sentimiento, la vivencia, los dolores, las alegrías. En fin, lo que hace ser un humano.
El crítico de arte inglés John Berger ha publicado en relación al campo de la comunicación fotográfica un libro que a mi juicio es fundamental para juzgar este pensamiento y expresarlo. Se trata de Otra Manera de Contar (1997). Este libro fue originalmente publicado en Inglaterra como Another Way of Telling, junto a Jean Mohr, fotógrafo y coautor.
Citando el libro en el texto de contraportada dice:
Incluye imágenes además de palabras; no sólo análisis, sino anécdotas y recuerdos. Otra manera de contar explora la tensión existente entre el fotógrafo y lo fotografiado, entre la imagen y el espectador, entre el mundo filmado y los recuerdos que se le asemejan. Combinando la visión moral del crítico antes abordada por Walter Benjamin, Roland Barthes y Susan Sontag.
En realidad, sin descartar los pensamientos anteriores, que son básicos para entender el concepto de lo que es la fotografía, el libro de Berger y «su otra manera de contar» es una clave que no debemos dejar de lado al momento de enfrentar el trabajo de la crítica. Su libro trata sobre la vida de los campesinos de la montaña. Primero, su experiencia como fotógrafo; luego otro capítulo sobre «el significado de las apariencias en sí mismas» en el que aborda problemas conceptuales e imaginarios. La tercera parte son solo fotografías sin texto alguno, por lo que deja al espectador la libertad de interpretar las imágenes a partir de sus propias sensaciones. El cuarto capítulo describe implicaciones teóricas sobre el modo de contar la historia (el pensamiento del que publica el libro). La breve sección final es un recordatorio de la realidad de la que partimos: la vida de trabajo de los campesinos. Todo un recorrido de pensamientos, imágenes y sentimientos desde el principio hasta el devenir de la obra; lector y espectador, incluido. Podemos decir que el trabajo pretendió ser totalizador en el buen sentido de la palabra.
A lo largo de mis exploraciones con la fotografía venezolana he publicado dos libros –21 fotógrafas venezolanas (2003) y Originarios contemporáneos (2023)– en los que incluí entrevistas a los autores, pues considero importante ponderar esa parte de la historia personal de los creadores para comprender el resultado de su trabajo. Creo firmemente que la persona que crea una obra, el que emite un juicio, es parte del juicio, así como también el mundo donde se desenvuelve la obra, los personajes involucrados, en fin, toda «la película». Quizás sea ésta una buena manera de contemplar y discutir el tema (John Berger era también un importante crítico de cine).
Asimismo, Roland Barthes, en su obra seminal La cámara lúcida (1980), construye su teoría fotográfica a partir de una vieja foto de su madre y sus recuerdos de ella.
Siempre el ser humano, con sus problemas, vivencias, dolores y alegrías; está detrás de los acontecimientos, y es una parte fundamental a considerar cuando se escribe o se piensa en relación a éste y su trabajo de creación.
©Trópico Absoluto
María Teresa Boulton (Caracas, 1938), egresada como licenciada en Artes con especialización en fotografía por la State University of New York (1985). Fotógrafa, gestora e investigadora de la fotografía. Fue docente en la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela (1984-1993). Dirigió junto a Paolo Gasparini la galería La Fototeca. Presidió el Consejo Venezolano de Fotografía. Fundó y dirigió el Centro de la Fotografía-CONAC y la revista Extra-Cámara. Ha publicado: Apuntes de la Fotografía Contemporánea Venezolana (Caracas: Monte Avila, 1990), 21 Fotógrafas venezolanas (Caracas: La Laparañona, 2003), Pensar con la fotografía (Caracas: Fundación El Perro y la Rana, 2006). Desde el año 2012 preside la Junta Directiva de la Fundación John Boulton.
0 Comentarios