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Rodrigo Moya y la fotografía de la guerrilla venezolana

Por | 2 octubre 2025

A finales del año 1966 e inicios de 1967 aparecieron en la revista mexicana ‹Sucesos para todos› cinco reportajes sobre las guerrillas comandadas por Douglas Bravo en el occidente de Venezuela. Como parte del apoyo del castrismo al movimiento rebelde, aquellos constructos se dirigían a la difusión internacional. Espléndidamente ilustrados con fotografías de los subversivos en su cotidianidad en las montañas, pronto dieron la vuelta al mundo en una etapa donde se imponían paradigmas de desacato y revolución. Al lente de Rodrigo Moya, ícono del documentalismo latinoamericano, se debe la proyección romántica de la gesta de la izquierda nacional. Recientemente fallecido, el autor de este escrito se acerca al contexto, características e importancia de aquella operación de propaganda insurreccional.

A Fernando Falcón, Sócrates Ramírez, Ariel Sánchez y Frank Herrera, dedico.

«La fotografía fue para mí la aproximación más intensa a la vida,
a la naturaleza del mundo, a los seres y cosas que entraron por mi lente y allí siguen,
poblando la memoria y la pequeña superficie del papel fotográfico, negándose a morir,
mirándome con los mismos ojos con que me miraron hace décadas.»

Rodrigo Moya.

 

1.

El pasado 30 de julio de 2025 medios académicos y de comunicación de México anunciaron el fallecimiento del fotoperiodista, escritor y editor colombo-mexicano Rodrigo Moya (Medellín 1934 – Cuernavaca, 2025). Moya fue reconocido como uno de los más importantes fotógrafos de América Latina en el siglo XX, con una obra que abarca más de cuatro décadas. «Documentó la revolución cubana, la intervención de Estados Unidos en República Dominicana y las manifestaciones estudiantiles de 1968 en México. Su archivo contiene más de 40 mil imágenes. También retrató a personajes clave como Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, María Félix, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. Su obra es un testimonio visual de los cambios políticos y sociales del siglo XX. Su legado fotográfico sigue vigente en la memoria colectiva.» (https://la-lista.com/…/muere-el-fotografo-rodrigo-moya…)

La unión de Moya a la cultura y política venezolana se produjo en la turbulenta década de los sesenta, a través de sus fotografías, recogiendo imágenes de las guerrillas comandadas por Douglas Bravo en 1966. Su trabajo acompaña cinco reportajes firmados por Mario Menéndez Rodríguez (Mérida, Yucatán, 1937-2024) para la revista Sucesos para todos, fundada por Francisco Sayrols y expresión de la izquierda mexicana, que contaba entre sus colaboradores a Regis Debray, Elena Garro, Carlos Monsiváis y Raquel Tibol.

Hoja de contactos con doce de los diecinueve retratos que Rodrigo Moya hizo a Ernesto Guevara. La Habana, 1964. Rodrigo Moya: Foto Insurrecta. México: El Milagro, 2004: 33.

Menéndez, periodista mexicano, creador de las Fuerzas de Liberación Nacional de Chiapas en 1967, quien al contrario de otros líderes de guerrillas de su país contó con el relacionamiento y contacto de la embajada cubana, fue director de las revistas ¿Por qué? y Sucesos para todos, entre otras. Además de sus reportajes en el occidente de Venezuela, hicieron Menéndez Rodríguez y Moya trabajo de proyección de agrupaciones insurgentes colombianas y guatemaltecas. En enero de 1967, realizaron reportaje para difundir al Frente Guerrillero Abel Ibarra comandado por Luis Turcios Lima en Guatemala y a mediados del mismo año al Ejército de Liberación Nacional de Colombia, liderado por Fabio Vásquez.

En enero de 1967, ambos se embarcaron en el proyecto de documentar al Frente Guerrillero Abel Ibarra comandado por Luis Turcios Lima, en Guatemala, y a mediados del mismo año al Ejército de Liberación Nacional de Colombia, liderado por Fabio Vásquez.

Señalan Adela Cedillo Cedillo y Fernando H. Calderón que Menéndez Rodríguez fundó en 1968 la revista ¿Por qué?, que aún con orientación de izquierda tenía una perspectiva sensacionalista en el enfoque de los movimientos insurreccionales, lo que la haría muy popular al ser la única contentiva de reportajes sobre la represión gubernamental y las guerrillas rurales y urbanas de México (Oikión-Solano, Rey Tristán y López Ávalos, 2014: 266).

Aparecidos entre diciembre de 1966 y enero de 1967, el de los escritos en la revista Sucesos para todos era el momento en el cual el Partido Comunista de Venezuela (PCV) había decidido ampliar las formas de lucha y desplazar del centro de acción a la práctica guerrillera. Dos cartas desde el Cuartel San Carlos de Caracas, en noviembre de 1965, y el «Manifiesto de Iracara», de marzo de 1966, habían definido los bandos enfrentados al interior del colectivo marxista. Por un lado, los camaradas de la dirección, y por el otro «el douglismo», que en abril de 1966 dio constitución al Partido de la Revolución Venezolana-Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (PRV-FALN), agrupamiento radical en su convicción de la guerra de guerrillas como vía de transformaciones estructurales para el país.

Desde las escalinatas de la Universidad de La Habana, el 13 de marzo de 1967, Fidel Castro condenó a «los charlatanes teorizantes», «claudicantes» y «derrotistas» del PCV y apoyó la opción de Douglas Bravo como la verdaderamente revolucionaria. «Ninguno que pretenda con derecho llamarse comunista apoyará a la dirección oficial derechista frente a Douglas Bravo».

Todas las plataformas de difusión del castrismo enfilaron contra el partido liderado por Gustavo Machado, Jesús Faría, Eduardo Gallegos Mancera, Pedro Ortega Díaz, Héctor Rodríguez Bauza, Alonso Ojeda Olaechea, Pompeyo Márquez y Guillermo García Ponce. Desde la revista Casa de las Américas hasta el periódico Granma. Radio Habana Cuba tenía un espacio denominado La hora venezolana (Márquez, [1967?]: 99-162).

Era el tiempo de auge de Fidel Castro como paladín de las luchas de la Nueva Izquierda continental, pretendiendo establecer directrices nacionales desde foros como la «Conferencia de Solidaridad de los Pueblos de Asia, África y América Latina» (La Tricontinental) del 15 de enero de 1966 y la «Primera Conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad» (OLAS) de julio-agosto de 1967.

Desde sus inicios, la insurgencia venezolana tuvo en la difusión un puntal en su estrategia. Narraciones como las de Génaro Guaithero Díaz expresan que apenas iniciado el foco de Falcón, en 1962, se designó a un fotógrafo para realizar un conjunto de fotografías de los combatientes (Guaithero Díaz, 1993: 87-88). Noticias, reportajes y artículos pueden localizarse en publicaciones internacionales como París Match, Pravda, Le Communiste, Libre Belgique, Unitá, Prensa Latina, Pekin Review, Paese Será, La Nouvelle Revue Internationale, Hoy, Neue Zürcher Zeitung, The Economist y Le Monde, entre muchas otras. En 1964, Regis Debray –bajo el seudónimo de Francisco Vargas- publicó en la revista francesa Revolution su crónica «15 días en las guerrillas venezolanas» y el mismo año la argentina Revista de la Liberación, dirigida por José Speroni y redactada por Ricardo Piglia, reproducía un reportaje de Mondo Nuovo y Marcha, bajo el título «Hablan los guerrilleros venezolanos».  

2.   

Como parte del respaldo de Castro al sector conducido por Bravo pueden considerarse los cinco extensos reportajes de la revista Sucesos para todos. Antes, en julio de 1966, Luben Petkoff había desembarcado en las inmediaciones de Chichirivichi, Falcón, con armas, dinero y un contingente de 15 cubanos. Un hecho enmascarado en los relatos de la revista mexicana, señalando se trataba de un grupo de combatientes internacionalistas y negando procedían de Cuba. La guerra era de armas y de ideas. Y nada mejor que cimentar los imaginarios sobre las posibilidades ciertas de la victoria de las fuerzas revolucionarias que la extraordinaria fotografía de Rodrigo Moya.

Destacados en su mayoría en portada bajo los títulos «En Venezuela, desembarco de patriotas» (10 de diciembre de 1966); «Venezuela empuña las armas» (17 de diciembre de 1966); «Comandante Douglas Bravo» (24 de diciembre de 1966); «En Venezuela, única vía: la lucha armada» (31 de diciembre de 1966); y «En Venezuela: un comando único en la lucha guerrillera. Las FALN» (7 de enero de 1967), los reportajes exponen la situación de la guerra de guerrillas venezolana desde la perspectiva de las FALN y del «indomeñable líder Douglas Bravo», cuestionando la táctica de «Paz Democrática» del PCV como una traición a la revolución latinoamericana. Remarcando que todas las condiciones estaban dadas para el inminente triunfo de los comandos insurrectos en Venezuela.

Douglas Bravo y Luben Petkoff retratados por Rodrigo Moya. Revista Sucesos para todos. Dic. 1966: 28-29.

En septiembre-diciembre de 1966 se concentró en las montañas de Falcón y Yaracuy a remanentes de los Frentes Guerrilleros José Leonardo Chirinos, Simón Bolívar, José Antonio Páez y soldados del Ejército Rebelde de Cuba. Ellos fueron los retratados para las entregas de la publicación de alcance internacional.

Rodrigo Moya. Sierra de Falcón, Venezuela. 1966.

Alirio Chirinos, ex guerrillero falconiano, nos contaba que el equipo de Sucesos para todos pernoctó durante buen tiempo con ellos. De la pluma de Mario Menéndez Rodríguez: descripciones de la vida en la montaña -a excepción del último de los reportajes dirigido a mostrar contingencias de la trama en las ciudades-; constantes señalamientos de «la ventajosa situación guerrillera» ante el gobierno de Raúl Leoni y en medio de «la traición del PCV»; narraciones de la cotidianidad del campamento de la comandancia y entrevistas a principales líderes y activistas: Douglas Bravo, Luben Petkoff, Baltazar Ojeda Negretti, Elías Manuitt Camero, Octavio Acosta Bello, Francisco Prada, Freddy Cárquez, Nery Carrillo, Anayansi Jiménez y Adolfo Meinhardt Lares.

Los trabajos hacen énfasis en contextualizar la lucha venezolana entre los movimientos de liberación de tres continentes. Los discursos seguían los dictados de Castro, una estrategia de lucha armada para América Latina, en este caso justificada y envuelta en la retórica bolivariana. Varias veces Bravo es comparado con El Libertador.

Hoja de contacto de las fotografías realizadas por Rodrigo Moya, con marcas del autor. Sierra de Falcón, Venezuela. 1966. En Rodrigo Moya: Una mirada documental, 2011: 146.

Aunque la publicación señala que los cuatro primeros reportajes fueron levantados en la Sierra de Iracara, entre septiembre y octubre de 1966 -«las miradas de la esperanza han sido enfocadas hacia las montañas de Iracara, en la sierra de Falcón»- testimonios como los del Coronel Fernando Falcón indican que las Fuerzas Armadas Nacionales tenían información de la llegada de esos reporteros y desarrollaron una fuerte ofensiva obligando al traslado de los insurgentes a las montañas de Yaracuy, las cuales serían el escenario de las fotografías de Rodrigo Moya. Igual debe recordarse, que en la estrategia del PRV-FALN se pautó la concentración de fuerzas a finales de 1967 en esa zona.

Muestran en esos cinco números de Sucesos para todos las fotografías de Rodrigo Moya: columnas de hombres caminando en las montañas; grupos de insurgentes alzando armas; Douglas Bravo en chinchorro leyendo materiales; Luben Petkoff y Douglas Bravo, junto a Menéndez Rodríguez, exhibiendo armas; reunión de grupos guerrilleros para la instrucción y el compartir; confección de comida; distribución de avena y sardinas; abundantes fotografías mostrando FAL, M-3, R-15, granadas de mano y bronning; condiciones de descanso; y combatientes como Nicolás Hurtado Barrios, Carlos Mejías, Gregorio Yaraure o Napoleón Rodríguez Mirelles. Se impone la presencia del Comandante en Jefe de las FALN. Hábil, inteligente, informado, sagaz, Bravo no es un montonero del siglo XIX, pero quizás convine las características de los rústicos alzados en las mil sublevaciones venezolanas con las del guerrillero marxista arquetípico de los manuales guevaristas. 

Rodrigo Moya. Sierra de Falcón, Venezuela. 1966.
Rodrigo Moya. Sierra de Falcón, Venezuela. 1966.

Entusiasmo, compañerismo, solidaridad, empeño en la formación ideológica, espíritu de lucha transmiten las gráficas de Moya que ilustran los textos. Algunas exponen lo más importante del momento insurreccional. Tanto en leyendas de fotografías, como en las descripciones de los grupos de combatientes captados se subraya la «impresionante y bien armada columna guerrillera». «Uno [sic] coro integrado por 110 combatientes». La Columna Simón Bolívar de más de cien hombres reunida en las montañas de Yaracuy, que a partir de enero siguiente emprendería marcha hacia los Llanos y los Andes. Varios grupos principiaron recorridos hacia Lara, Portuguesa, Barinas, Cojedes y Trujillo. Los jefes: Douglas Bravo, Luben Petkoff, Arnaldo Ochoa, Rafael Faría, Julio Chirino, Francisco Prada, Freddy Cárquez. Recorridos de casi un año con combates esporádicos.

«¡A la vista de estos hechos, puede decirse que la guerra de liberación está ganada en Venezuela!» «Es fácil de comprender por qué huye el ejército venezolano, por qué en sus filas cunde la desmoralización. Si de hecho es imposible aniquilar a 12 guerrilleros armados exclusivamente de la firmeza de sus convicciones, ¿Qué se puede hacer frente a toda una columna que dispone de una gran concentración de fuego?» (Menéndez Rodríguez, 10 de diciembre de 1966: 24-25)

Rodrigo Moya. Sierra de Falcón, Venezuela. 1966.

3.

Una de las fotos de esa serie, titulada «Guerrilleros en la Niebla», fue publicada por Rodrigo Moya en el periódico inglés The Guardian. Contiene a un grupo de hombres al interior de la montaña, rodeados de vegetación y neblina. En una nota de la revista colombiana El Malpensante de 8 de julio de 2016, el fotógrafo, escritor, documentalista, diplomático y orquideólogo antioqueño Guillermo Angulo la considera «la obra maestra» de Moya. Expresa Angulo que: «En ella retrata la insurgencia venezolana, a la que llegó porque le habían informado falsamente que el Che, desaparecido, formaba parte de ella» (Angulo, 08-07-2016, 64 https://elmalpensante.com/articulo/3042/rodrigo-moya). Muy difícil creer que Moya y Menéndez Rodríguez, sobre todo el segundo tan cercano a Fidel Castro, pudieran dar veracidad a noticias sobre la participación de Ernesto Guevara en la subversión venezolana. No se andaba tras el Che, sino proyectando la insurrección venezolana y el liderazgo de Douglas Bravo. Como se constató después, en noviembre de 1966, Guevara arribó a territorio boliviano –previa estancia en El Congo al frente de cien soldados cubanos- con total apoyo del gobierno de la isla, para iniciar lo que fue el desastroso desarrollo del foco insurgente en el que murió en octubre de 1967.

Rodrigo Moya. Guerrilleros en la Niebla, Sierra de Falcon, Venezuela. 1966.
Rodrigo Moya. «Guerrilleros en la niebla». Sierra de Falcón, Venezuela. 1966.

En «Guerrilleros en la Niebla» aparecen cinco combatientes en medio de la espesura de la Sierra. Parados de izquierda a derecha: El Gocho Gustavo, Gregorio Yaraure (Orozco), Luis Perdomo (Edgar) y José Abraham Martínez Rojas (Ho Chi Min), y sentado William Verdú Carmona (Torombolo) (Vargas Medina, 2012: 215; Testimonios de Humberto Vargas Medina y Carlos Mejías, 01-08-2025).

Entre las brumas del hermetismo consustancial con la guerra y las debidas medidas de seguridad, logramos identificar algunas de sus señas. Amado Bustillos, ex combatiente de la guerrilla falconiana, nos cuenta que conoció a El Gocho Gustavo al incorporarse al Frente José Leonardo Chirinos a finales del mes de abril de 1964. Ambos formaron parte del Destacamento Raúl Henríquez, que operaba en la zona de San Hilario y Ramonal, en el Distrito Petit del Estado Falcón. Como proveniente de zonas urbanas tachirenses, lo describe Alfredo Chirinos, quien también señala que ya estaba en el grupo en 1963, cuando él se incorporó. Ni ellos, ni otros integrantes del frente conocieron su verdadero nombre, a pesar de compartir mucho tiempo con él. 

Gregorio Yaraure (Orozco, Goyo, Ramírez), era campesino, yerbatero y rezandero. Fabricante de cuatros y tocador de violín. Perteneció a la guerrilla comandada por Luben Petkoff en Cerro Azul, Yaracuy, en 1962 y al Destacamento Sur del Frente José Leonardo Chirinos en el vértice Falcón-Lara-Yaracuy en 1966, junto a Julio Chirinos, Humberto Vargas Medina, Simón Almérida Bolívar y otros que buscaban el contacto con el desembarco de Petkoff y los cubanos por las playas de Chichirivichi-Tucacas. Mario Menéndez Rodríguez lo presenta como el baquiano y poeta que los condujo hasta la guerrilla y muestra varias fotografías de él. Humberto Vargas Medina señala que Yaraure se fue con el grupo de cubanos comandados por Arnaldo Ochoa a la isla y allá murió (Chirino, s/f, p. 108; Testimonios de Alirio Chirinos y Marie Claude Specel, 2018; Mariño Suzzarini en Rossell, 2008: 313; Menéndez Rodríguez, 10-12-1966, 22; Menéndez Rodríguez, 24 -12-1966: 24; y Testimonio Humberto Vargas Medina).

Por su parte, Luis Perdomo (Yaracuy, Edgar, Millo) también de origen campesino, fue destacado guerrillero de Aroa. Hermano de los combatientes Sixto y Dolores Perdomo. Integrado a la guerrilla del Frente José Leonardo Chirinos, junto a otros jóvenes campesinos como Capracio y Virgilio Medina, Francisco y Ferbón Lugo. Cercano a Douglas Bravo, fue una especie de asistente del comandante. Estuvo en la reunión sostenida por Douglas Bravo y Alí Rodríguez Araque por el PRV-FALN, y Carlos Betancourt y Gabriel Puerta por Bandera Roja en las montañas de Oriente que pretendió trazar estrategias comunes de acción en 1970. Murió en un intento de asalto a un Banco en Mene Grande, Zulia (Testimonio de Manuel Felipe Zamora, 2024; Testimonio Humberto Vargas Medina, 2024).

Abraham Martínez (Ho Chi Min), participó en la Conferencia de la Montaña de diciembre de 1966 y en la campaña hacia el Llano y los Andes de enero-marzo de 1967, al igual que el caraqueño William Verdú (Torombolo), lo que explica su presencia a finales de 1966 en las montañas de Yaracuy y la captura por el lente de Moya.

En la gráfica hombres y naturaleza se funden. La bruma envuelve el ambiente, donde lo único innegable es el grosor de los troncos de los árboles. Son las montañas de Urachiche, al suroeste de Yaracuy, piedemonte de la sierra de Aroa, región costa montaña de Venezuela. Los rostros sucumben al cansancio, a la fatiga de días mal alimentados, a la incertidumbre de una lucha que se creyó breve.  

4.

Las imágenes de las fuerzas del PRV-FALN realizadas por Rodrigo Moya recorrieron el mundo entero, dando la impresión de una guerrilla altamente formada, disciplinada y dotada militarmente. Lo cual, la propia experiencia de las marchas hacia los llanos y los Andes desmentiría. Anarquía, desorden, arbitrariedad, originaron errores tácticos, deserciones y muertes.

En marzo de 1968 Douglas Bravo y Luben Petkoff rompieron, quedando el grupo de cubanos sin estrategia de acción definida. Poco tiempo después se daría la separación con Fidel Castro. Sin embargo, evidenciaron las gráficas de Sucesos para todos la presencia del contingente de extranjeros, liderados por Arnaldo Ochoa, participando en la insurrección venezolana, lo cual fue aprovechado en la campaña antiguerrillera del gobierno para probar una vez más la acusación de la injerencia sostenida desde 1961. Propaganda respondida con propaganda.

Las fotografías fueron utilizadas también por la contrainsurgencia para identificar a combatientes. En el manual Los Cinco de Línea, impreso en 1980, se puede observar cómo a través de las fotos de Moya distinguieron las Fuerzas Armadas a Evaristo González, Wenceslao Hernández, Alfredo Bustillos, Simón Almérida Bolívar, Arcadio Martínez o Capracio Medina.

Guillermo Angulo, en su texto para un portafolio de Rodrigo Moya en la revista El Malpensante, señala que a pesar de nacer en Medellín solo regresó a su ciudad natal en 2013, por invitación de la Fiesta del Libro. Su vida y su carrera transcurrieron en México desde los dos años de edad, «donde registró décadas de historia revolucionaria y campesina».

Sus representaciones de la guerrilla dirigida por Douglas Bravo en el occidente venezolano -en oriente actuaban las guerrillas del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) comandadas por Marcos Gómez, Américo Silva, Gabriel Puerta y Julio Escalona-, consagraron una imagen no del todo cierta. Tanto en sus inicios en 1962-1964, como en su final en 1969-1972, aquellas fueron unas guerrillas desprovistas y harapientas, si nos atenemos a las narraciones de Gustavo Villaparedes (Iracara. Memorias de un guerrillero, 1979) o de Manuel Felipe Zamora (Memorias del extravío, 2025). La dotación desde Cuba y otros países del área socialista no fue un proceso constante. El tema de la distribución de esos aportes sigue siendo causa de polémica y esclarecimiento investigativo.

El de Mario Menéndez Rodríguez y Rodrigo Moya para la revista Sucesos para todos fue un material de difusión y su extensión evidencia el interés del castrismo en la insurgencia marxista venezolana. Al contrario de lo expuesto por aquellos reportajes, para finales de 1966 el movimiento subversivo no había logrado contundencia sobre las fuerzas del gobierno, se encontraba aislado de sus zonas de relación, con escasa influencia política y sin lograr «espacios liberados», como lo conseguirían sus pares colombianos. Además, era evidente no solo la pugna y división con sectores del PCV, sino también con los grupos armados del MIR, que nunca aceptaron la jefatura de Douglas Bravo y cuestionaban el que ese jefe pretendiera asumir la comandancia de las FALN.

Rodrigo Moya posa junto a un grupo de guerrilleros. Sierra de Falcón, Venezuela. 1966

En el diagnóstico realizado por Bravo en esas comparecencias el país de ocho millones de habitantes y de donde se extraían las más grandes riquezas por el imperialismo norteamericano, exhibía graves problemas sociales, miseria, desnutrición, analfabetismo, escuálidos ingresos familiares. Desigualdades y desequilibrios terribles. En esa situación estaría la fuente de la lucha armada en Venezuela.

Mientras, el Proyecto Democrático Liberal resolvía importantes problemas. Servicios públicos, salud, educación, vivienda, vialidad. Venezuela consolidaba la desruralización. Los grandes conceptos dominantes en la época: desarrollo, progreso y modernización fueron asumidos por programas, políticas y organismos nacionales e internacionales como Planes Cuatrienales, Banco Obrero, Alianza para el Progreso o Banco Interamericano de Desarrollo. Los sectores populares eran beneficiados principales. El descontento, sustrato de la revuelta contra el orden establecido, no encontraba aliento. La propuesta estética en las fotos de Moya mostraba una ilusión, un deseo.

Presentan los reportajes de Sucesos para todos una insurrección que avanza en sus logros, de importante ascendencia sobre la población en un país en efervescencia revolucionaria, donde el ejército temía entrar a zonas controladas por la guerrilla. Señalamientos del periodista y comparecencias de principales dirigentes manifiestan que se está a poco tiempo de alcanzar la victoria. Las gráficas de Rodrigo Moya en las montañas venezolanas fueron ampliamente utilizadas, desde la portada del libro Los guerrilleros de Jean Larteguy hasta la cubierta de revistas como la cubana OLAS o la venezolana Élite.

Rodrigo Moya en su laboratorio de la calle Bahía de todos los santos. Ciudad de México. 1963. En: Rodrigo Moya: Foto insurrecta. 2004: 15.

Cierra el trabajo indicando: «Creo, lector, que en estos reportajes históricos se ha presentado un panorama exacto -visto con honradez y sinceridad- de la Venezuela que ha empuñado las armas para conquistar su liberación política, económica y social. El tiempo, y muy pronto, dirá al mundo la verdad de Venezuela, que habrá de tener hondas repercusiones en la América Latina » (Menéndez Rodríguez, 7 de enero de 1967:24).

El tiempo obró y aquella revolución fracasó irremediablemente. Sólo quedó la melancolía de sueños postergados, irreverencia gastada, narrativas reivindicativas, guerrilleros en la niebla.

2 de agosto de 2025

Las fotografías que ilustran este trabajo pertenecen a la colección de Rodrigo Moya y fueron publicadas en las cinco ediciones de la revista mexicana Sucesos para todos reseñadas aquí. Tomadas entre septiembre y octubre de 1966 en las montañas del Estado Yaracuy, Venezuela. Otras imágenes de Moya proceden de los libros Rodrigo Moya: Fotografía insurrecta (2004) y de Alberto del Castillo Troncoso, Rodrigo Moya: Una mirada documental (2011).  

Fuentes

Testimonios Personales:
Testimonio de Alirio Chirinos. Caracas, 31-05-2018.
Testimonio de Marie Claude Specel. Caracas, 31-05-2018.
Testimonio de Fernando Falcón. Caracas, 05-02-2023.
Testimonio de Manuel Felipe Zamora. Cabure, 18-03-2024.
Testimonio Humberto Vargas Medina. Caracas, 15-05-2024.
Testimonio de Carlos Mejías. Caracas, 01-08-2025.
Testimonio de Amado Bustillos. San Felipe, 02-08-2025.
Testimonio de Alfredo Chirinos. Barinas,

Libros

Biaggini Gutiérrez, Juan y otros: Los cinco de línea. Apología a los cinco teatros de operaciones que durante 17 años formaron una sólida línea defensiva a la subversión que trató de imponer al pueblo venezolano una dictadura de tipo marxista-leninista. Tomo I. Caracas, Ministerio de la Defensa, Ejército, Dirección de Educación, 1980.

Blanco Muñoz, Agustín. La Lucha Armada: Hablan 6 comandantes. Caracas, UCV, 1981.

Castillo Troncoso, Alberto. Rodrigo Moya: Una mirada documental. México: Arte y Escena Ediciones.

Cromañón [Gustavo Villaparedes]. Iracara. Memorias de un guerrillero. Caracas, Editorial San José, 1979.

Chirino, Julio. Vivencias de El Cabito. Barquisimeto, Ediciones El Árbol, s/f.

Gallegos De Lima, Eleazar. Colcha de retazos. Caracas, Comunidad Editora 2005, 2006.

Guaithero Díaz, Genaro. Yo, el bandolero. Caracas, Ediciones Centauro, 1993.

Márquez, Pompeyo. Una polémica necesaria. Caracas, Ediciones Documentos Políticos, [1967?].

Mondolfi Gudat, Edgardo. La insurrección anhelada. Guerrilla y violencia en la Venezuela de los sesenta. Caracas, Editorial Alfa, 2017.

Rossell, Rafael. Para que la memoria no se pierda. Coro, Concejo Municipal de Miranda-Fondo Editorial Servando Garcés, 2008.

Salcedo Ávila, Gustavo. Venezuela, campo de batalla de la Guerra Fría. Los Estados Unidos y la era de Rómulo Betancourt (1958-1964). Caracas, Academia Nacional de la Historia-Fundación Bancaribe, 2017.

Serguera, Jorge. Che Guevara: La clave africana. Memorias de un comandante cubano, embajador en la Argelia postcolonial. Jaen, Grupo Editorial Liberman, 2008.

Vargas Medina, Humberto. Remembranzas… de un guerrillero de los años sesenta. 3 ed. Caracas, Imprenta Nacional, 2012.

Zamora, Manuel Felipe. Memorias del extravío. Maracaibo, Sultana del Lago, 2025.

VV.AA. Rodrigo Moya: Fotografía insurrecta. México: Ediciones El Milagro. 2004.

Capítulos de libros:

Cedillo Cedillo, Adela y Fernando H. Calderón. “Análisis de la producción historiográfica en torno a la guerra sucia mexicana”. En: Verónica Oikión-Solano, Eduardo Rey Tristán y Martín López Ávalos (Editores). El Estudio de las luchas revolucionarias en América Latina (1959-1990). Estado de la cuestión. Zamora, Michoacán, El Colegio de Michoacán-Universidad de Santiago de Compostela, 2014.

Artículos:

López Aguilar, Daniel: “Rememora el gremio cultural enseñanzas de Rodrigo Moya.” En: La Jornada. Suplemento La Jornada deenmedio, 1° de agosto de 2025, p. 5.

Menéndez Rodríguez, Mario: “Venezuela: desembarco de patriotas.” En: Sucesos para todos, N° 1750, (Ciudad de México, 10-12-1966), pp. 10-44.

__________________________:  “Venezuela empuña las armas.” En: Sucesos para todos. N° 1751, (Ciudad de México, 17 de diciembre de 1966), pp. 23-27.

___________________________: “Venezuela empuña las armas (II).” En: Sucesos para todos, N° 1751, (Ciudad de México, 17-12-1966), pp. 10-44.

___________________________: “Comandante Douglas Bravo.” En: Sucesos para todos, N° 1752, (Ciudad de México, 24-12-1966), pp. 10-45.

___________________________: “En Venezuela: única vía: lucha armada.” En:  Sucesos para todos, N° 1753, (Ciudad de México, 31-12-1966), pp. 10-46.

___________________________: “En Venezuela: un comando único en la lucha guerrillera. Las FALN.” En:  Sucesos para todos, N° 1754, (Ciudad de México, 07-01-1967), pp. 10-24.

Digitales

Angulo, Guillermo. “Rodrigo Moya. Retrato desenfocado de un fotógrafo mexicano”. En: El malpensante. Edición N° 148 Disponible en:  https://elmalpensante.com/articulo/3042/rodrigo-moya. Consultado el 25 de febrero de 2021.

Redacción de La Lista. “Muere el fotógrafo Rodrigo Moya; ¿quién fue y de que murió? Esta fue su trayectoria en México”. Disponible en: https://la-lista.com/…/muere-el-fotografo-rodrigo-moya…  Consultado el 1° de agosto de 2025.

Fidel Castro. Discurso en conmemoración del X Aniversario del asalto al Palacio Presidencial. Disponible en: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1967/esp/f130367e.html. Consultado el 19 de abril de 2022.

Isaac López (Coro, 1964) es Licenciado en Historia por la Universidad de Los Andes (Mérida, Venezuela) y Magister en Historia por la Universidad Católica Andrés Bello (Caracas). Profesor titular de la Escuela de Historia, ULA. Articulista y reseñista en revistas de la especialidad, entre sus libros recientes figuran Tormentos y pasiones revolucionarias. Notas sobre las izquierdas venezolanas (2024), Mujer y Guerrilla en Falcón 1962-1972 (2024) y Guerrillas del Estado Falcón 1962-1972. Trazos para una biografía colectiva de la subversión de izquierda venezolana (2025). En octubre de 2024 presentó tesis de Doctorado en Historia en la UCAB, bajo la tutoría del historiador Elías Pino Iturrieta, con el título La revolución castrista en América Latina y su expresión en una región venezolana. La violencia política en el Estado Falcón 1962-1972.   

1 Comentarios

  1. Sin duda, Rodrigo Moya fue un excelente fotógrafo de allí que su talento sirviera para romantizar a través de sus graficas a nuestros talibanes criollos.
    La exaltación a un olimpo inexistente que hiciera Fidel Castro y su aparato de propaganda de la figura de Douglas Bravo, sólo logró apartar para siempre de la realidad a un hombre que en 2021 la pandemia de Covid terminó de deshacer su altar de deidad olvidada. Saludos.

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