Conociendo a Arístides Rojas
Presentamos a continuación el breve texto introductorio del libro Arístides Rojas: un multifacético artesano de la Historia, compilado por María Teresa Boulton y Olga Santeliz Cordero (2023). El libro es un esfuerzo de la Fundación John Boulton y AB Ediciones por mantener por mantener viva la edición de materiales históricos en Venezuela.
La historia civil venezolana de finales siglo XIX fue parte fundamental de nuestro desarrollo como país y de un siglo protagonizado por confrontaciones bélicas, violentos cambios políticos y fragilidad institucional. Uno de los objetivos de la Fundación John Boulton es rescatar esa importante memoria nacional. De esta manera, hemos titulado esta investigación Arístides Rojas, un multifacético artesano de la Historia, pues este personaje también consideraba que la historia venezolana debería ser abordada de manera diferente a los usuales parámetros. Así lo expresa en la introducción a su libro Leyendas Históricas de Venezuela (1890-1891), que es citado por Leroy Gutiérrez en el libro Crónica de Caracas, editado por El Nacional (2005): “es necesario despojar a nuestra historia de los mitos con que hasta hoy la han hermoseado los pasados cronistas, restablecer la verdad de los sucesos y fijar el verdadero punto de partida de los futuros historiadores de Venezuela”.
Ahora, gracias al patrocinio de la Fundación Alberto Vollmer, la empresa HL Boulton y la Universidad Católica Andrés Bello, con a la asesoría histórica de los profesores Elías Pino Iturrieta e Inés Quintero, hemos reunido y entrevistado una serie de investigadores que han estudiado al personaje y los tiempos vividos por Arístides Rojas, intelectual fundamental de la cultura nacional, una serie de investigadores que, de una manera analítica, han pensado esos tiempos y a ese protagonista excepcional que, seguramente, trasciende su época.
El filósofo, Erik Del Bufalo, a la pregunta de si Arístides Rojas era un filósofo, responde que Rojas era más bien un pensador. Su pensamiento era ecléctico y se interesaba por una gran variedad de asuntos: indigenismo, coleccionismo de arte, periodismo, cronista, científico… un “cartógrafo del espíritu”, lo llama Del Bufalo y añade describiéndolo: “para Rojas pensar, comprender, investigar; es viajar por estos mapas del espíritu”, un hombre al que no le importan los grandes discursos, el héroe, que más bien busca huellas, reliquias, vestigios, las vasijas rotas.
Natalia Díaz aborda las investigaciones indigenistas de Arístides Rojas en el contexto de sus tiempos. Esta investigadora aborda los antecedentes aborígenes en nuestra historia desde la colonia, a través fundamentalmente de imágenes. Incluye la influencia que tuvo Alejandro de Humboldt en nuestros intelectuales y artistas. Remarca el interés particular que tuvo Arístides Rojas en la cultura y lenguaje indígena venezolano y continental, para conformar lo que él llamó la historia patria, siendo quizás el primer coleccionista de piezas arqueológicas del país. Resalta la importancia de esta colección, ahora parte del patrimonio de la Fundación John Boulton, y asimismo señala el lugar privilegiado de la investigación escrita y fotográfica de Alfredo Boulton en la promoción de la estética prehispánica en la historia del arte en Venezuela.
María Soledad Hernández Bencid, empieza declarando que “el famoso Almacén, propiedad de la Familia Rojas, no era un simple expendio de mercancía, era mucho más que eso, era un centro de tertulias y reuniones, donde se daban cita personalidades ligadas a la academia y a la investigación”. De esta manera, María Soledad recalca la importancia que tuvo, en esa Caracas de finales del siglo XIX, la comunicación intelectual en espacios reducidos pero muy productivos en el desarrollo pensante de nuestra nación. La influencia de Humboldt en la obra y pensamiento de Arístides Rojas también está mencionada en esta entrevista, así como su especial relación con Adolfo Ernst. A través de este texto, se resalta la múltiple labor periodística de Rojas en los diversos órganos nacionales de prensa, con todas las dificultades que esto implicaba en esos tiempos. La temática de sus investigaciones era muy diversa y profunda, el lenguaje que Rojas utiliza en sus escritos es simple y cotidiano, haciéndolo muy accesible al público y acercando al ciudadano común el fruto de sus investigaciones. Hernández Bencid culmina declarando que en la evolución del periodismo del país este personaje tiene un lugar excepcional a pesar de los cambios políticos, debido a la ética y seriedad con que abordaba su estupendo oficio divulgador.
Un texto particularmente interesante es la entrevista hecha a María Magdalena Ziegler. En este texto, Ziegler aborda el tema de la actividad del coleccionismo del que fue parte Arístides Rojas. A continuación explica el interés que posee el coleccionista en este oficio: el conservacionista y el de posesión de objetos tangibles pues, dice la investigadora, las ideas no se pueden coleccionar. Arístides Rojas escribe una serie de artículos en la prensa caraqueña sobre lo que el llamaría sus “cacharros”, fundamentalmente para valorar la memoria del pasado. Dice Ziegler que a Rojas “le ha de venir la vena de coleccionista de su educación científica y de su inmensa curiosidad”. Parte de estos objetos fueron legados a John Boulton Rojas, sobrino de Arístides, y son ahora parte del patrimonio de la FJB.
La familia Rojas también fue empresaria, el célebre Almanaque Rojas Hermanos se debe a esta familia. Pero, aparte de su función comunicativa impresa, la sede del Almanaque Rojas fue un importante centro cultural donde se reunían artistas, intelectuales, quizás algunos políticos. En la entrevista a Diego Rojas Ajmad, éste expresa que en esos años estas instituciones (casas comerciales) servían de lugares de información, intercambio de ideas e innovaciones, para luego diseminarlas en la comunidad local y hasta del interior. Así estas casas comerciales, con la edición y venta de publicaciones, sirvieron como un impulso civilizatorio. Éste fue el contexto que educó a Arístides Rojas y su profunda y prolija curiosidad del mundo, fundamentalmente nacional. Los hermanos de Arístides también fueron parte directiva de esta empresa, que en su momento se convirtió en referencia nacional e internacional. Los temas abordados por esta publicación eran muy diversos: religioso, científico, mercantil, literario. Todo en lenguaje y extensión abordables para el común de las personas. Entre otras personalidades que frecuentaban este lugar se encuentran Adolfo Ernst y Arturo Michelena, y tantos otros intelectuales y artistas del país, fomentando la conformación de nuestra cultura.
Maximiliano Bandres Díaz explora la participación en el espacio científico que ocupó Arístides Rojas. Es notorio, otra vez expresa Maximiliano, como en sus textos Rojas explica, con términos sencillos y comprensibles, una disciplina lingüística que posee rigurosidad propia. Es interesante como en esta entrevista Bandres Díaz aborda con sabiduría los diferentes momentos fundamentales que marcaron la vida de Rojas. Asimismo, publica los títulos del gran número de artículos científicos escritos por A. Rojas, desde 1872, en los diversos órganos de prensa, folletos, incluido, en los últimos años de su vida, El Cojo Ilustrado. Esto constituye una importante hemerografía de tantos textos científicos que escribió nuestro personaje. Concluye la entrevista con estas hermosas reflexiones, “la vida de Don Arístides Rojas estuvo llena de eventos que lo motivaron a buscar en la ciencia la satisfacción del saber (…) encontró en ella la emoción de la verdad, la humildad, la sencillez.”
La historiadora, Inés Quintero, aborda la contribución a la historiografía venezolana de Arístides Rojas. En su lenguaje particular, el sabio publica un libro, Leyendas Históricas de Venezuela, donde reúne varios de sus artículos históricos publicados en folletos o prensa. Rojas tenía pensado un gran proyecto, varios tomos, que serían patrocinados por el gobierno de Andueza Palacios, pero no vieron luz por el golpe de estado de Joaquín Crespo. En estas publicaciones futuras estarían incluidos el tema indígena, la colonia, la Independencia, Caracas y el folklore. La “crónica popular” sería el estilo adoptado por Rojas en sus artículos, un género muy usado para la época. Años más tarde, la importancia histórica de estas crónicas es reconocida por intelectuales e historiadores del país. Inés Quintero concluye en la entrevista que “la obra de Arístides Rojas representó en su momento un interesante aporte para el conocimiento de la historia de Venezuela, sus trabajos sobre Humboldt, sobre Caracas, sobre la vida colonial y la Independencia permitieron una aproximación diversa y amena sobre diversos aspectos de nuestro pasado”.
Como último aporte al país, Arístides Rojas produce un importante y detallado catálogo para la Exhibición Universal Colombina de Chicago, en 1893. Catálogo que obtuvo el premio del Gran Jurado. Adolfo Ernst, a cargo de la dirección de esta magna exhibición, comenta con orgullo la aparición de este impreso. Olga Santeliz en esta entrevista, preludio del libro que publicará sobre este acontecimiento, comenta lo difícil que fue para Venezuela participar en esta importantísima Exhibición Universal. Al final, Venezuela estuvo presente con un pabellón propio y una exposición de innumerables productos del país, como vegetales, minerales, artesanía, objetos indígenas, mapas geográficos, arte. Cabe destacar que la obra pictórica de Arturo Michelena obtuvo el Gran Premio del Jurado. Éste fue el heroico y generoso despido, ahora en espacios internacionales, de Arístides Rojas. Murió al año siguiente.
El destacado aporte civil a la historia y cultura de nuestro país en el siglo XIX es uno de los objetivos de la FJB con publicaciones similares. En tiempos donde las armas y lo militar parecen ser protagónicos, aun en nuestros tiempos y hasta en el mundo entero, el conocimiento de la producción intelectual, artística, científica, agrícola, ecológica se vuelve imprescindible.
©Trópico Absoluto
María Teresa Boulton (Caracas, 1938), egresada como licenciada en Artes con especialización en fotografía por la State University of New York (1985). Fotógrafa, gestora e investigadora de la fotografía. Fue docente en la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela (1984-1993). Dirigió junto a Paolo Gasparini la galería La Fototeca. Presidió el Consejo Venezolano de Fotografía. Fundó y dirigió el Centro de la Fotografía-CONAC y la revista Extra-Cámara. Ha publicado: Apuntes de la Fotografía Contemporánea Venezolana (Caracas: Monte Avila, 1990), 21 Fotógrafas venezolanas (Caracas: La Laparañona, 2003), Pensar con la fotografía (Caracas: Fundación El Perro y la Rana, 2006). Desde el año 2012 preside la Junta Directiva de la Fundación John Boulton.
1 Comentarios
Escribe un comentario
Leer, a Arìstides Rojas, es conocer una variedad de sucesos de nuestro paìs, que forman parte de la identidad de Venezuela a travès del tiempo.