126 años de cine en Venezuela: ¿Alguien ha visto Un célebre especialista sacando muelas en el Gran Hotel Europa?
Como homenaje al cine venezolano y a las primera películas realizadas en el país, Un célebre especialista sacando muelas en el Gran Hotel Europa (Maracaibo) y Muchachos bañándose en la laguna de Maracaibo, estrenadas tal día como hoy, hace 126 años, en el Teatro Baralt de Maracaibo, ofrecemos este texto de nuestro editor Manuel Silva-Ferrer, acompañado de manera muy especial por el trabajo de la compañía Río Teatro Danza Caribe, que en 1999 reprodujo con enorme calidad esas obras inaugurales de nuestra historia cinematográfica.
Las primera películas realizadas en Venezuela de las que se tenga noticia fueron estrenadas, el 28 de enero de 1897, en el Teatro Baralt de Maracaibo, fecha que los historiadores han establecido como inaugural de la realización cinematográfica en el país. Se trata de Un célebre especialista sacando muelas en el Gran Hotel Europa (Maracaibo), y Muchachos bañándose en la laguna de Maracaibo, piezas cuya autoría se discute, podría atribuirse a Gabriel Veyre, aunque más probablemente a Manuel Trujillo Durán –un emprendedor, fotógrafo, cineasta, periodista y empresario venezolano, considerado como uno de los pioneros de la cinematografía venezolana–, e incluso a camarógrafos de la casa Lumière, que en la época fueron enviados por todo el mundo para promover su ya famoso cinematógrafo, un artefacto que incluía cámara y proyector en el mismo dispositivo. No obstante, el aparato empleado para esta primera proyección fue un Vitascopio, objeto creado por Thomas Alva Edison y Thomas Armat, exhibido por primera vez en 1895 en la Exposición de los Estados del Algodón en Atlanta, y que había sido adquirido por Luis Manuel Méndez en la ciudad de Nueva York para su traslado a Venezuela. Méndez contrató a Trujillo Durán como operador del aparato. De ahí parte de la confusión.
Sobre el contenido de las películas (más apropiado sería decir “tomas”, por su corta duración y ausencia de montaje) es poco lo que sabe, pues solo se tiene referencia de ellas por un anuncio de prensa y algunas reseñas posteriores a la presentación que alternaba obras originales de los hermanos Lumière con las tomas realizadas en Maracaibo. El programa de esa noche, como era costumbre en estos espectáculos de variedades, se proyectó después de La Favorita, ópera de Donizetti. Un breve comentario aparecido en el diario El Cronista, citado por Ricardo Tirado, dice:
La primera de las obras filmadas en Venezuela trataría de un médico dentista en plena acción en el famoso hotel Europa, localizado frente a la Plaza Bolívar de Maracaibo, en una casa que durante mucho tiempo ocupó el cónsul de Italia, Francisco Fossi, considerado unos de los inmuebles más hermosos de la ciudad. Se cree que el odontólogo era Vicente Toledo, el único profesional de renombre en Venezuela por ese entonces, aunque también se nombran a Elías A. Capriles y Gaspar Elías González. La segunda mostraría a un grupo de jóvenes bañándose en el lago, e incluiría también vistas de la Plaza Baralt, el mercado principal y el centro de la ciudad, probablemente montadas una tras otra como una galería de vistas de la ciudad. Ricardo Azuaga afirma que la película debía ser estilísticamente similar a las de los hermanos Lumière, posiblemente emulándolas, en el sentido de que funcionaban como una postal.
Lamentablemente no se conservan copias de ninguna de ellas, pero ha habido al menos tres intentos para su reconstrucción. El primero fue realizado, en 1999, por la agrupación Río Teatro Danza Caribe, dirigida por Francisco Denis, como parte de un espectáculo teatral estrenado en la Sala Anna Julia Rojas del Ateneo de Caracas para conmemorar el centenario del cine en Venezuela. https://vimeo.com/showcase/1638770/video/26033949
Posteriormente, se reconstruyó una toma fotográfica de los niños saltando al lago en una colección de la Biblioteca Nacional que documenta la historia del cine venezolano. Allí también se incluyeron otras imágenes que recrean la película. Más tarde, para el 120 aniversario de su estreno, en enero de 2017, la Asociación Venezolana de Exhibidores de Cine produjo un micro audiovisual con reconstrucciones fotográficas tanto del Célebre especialista como de los Muchachos bañándose. Emiliano Farías y Abdel Güerere hallaron imágenes originales de la década de 1890 almacenadas en el Archivo Fotográfico del Zulia, restaurándolas y coloreándolas para mostrar lo que habrían sido esas películas y el ambiente de la época.
A pesar de estos esfuerzos, y de la relativamente abundante bibliografía sobre el tema, son muy pocos los que han podido acceder a estos materiales. Como es sabido, las películas originales ya no existen, y la crisis de nuestros archivos pone en riesgo el trabajo dedicado para su reconstrucción. Por estos motivos, hace algunos meses, conversando con Francisco Denis, le planteaba la necesidad de buscar a cualquier precio las grabaciones hechas en 1999, y que tras su mudanza y la mía de Venezuela se encontraban desaparecidas. Ya se sabe por qué se dice una y otra vez que este país tiene memoria corta. Las pesquisas dieron algún resultado, por lo que a continuación presentamos la recreación de 1999 de Un célebre especialista sacando muelas en el Gran Hotel Europa y Muchachos bañándose en la laguna de Maracaibo, como celebración del comienzo de la producción cinematográfica en Venezuela.
Una breve introducción sobre la historia de la realización de Un célebre especialista sacando muelas en el Gran Hotel Europa y Muchachos bañándose en la laguna de Maracaibo a finales del siglo XX.
La historia de este material no deja de ser interesante y considero necesario dejar registro de ella. Como parte de las actividades previstas para conmemorar el centenario del cine en Venezuela, Fernando Rodríguez, para el momento presidente de la Cinemateca Nacional, le propuso a Denis la realización de un montaje teatral. Denis hacía unos pocos años se había instalado en Río Caribe, en el Estado Sucre, junto a su pareja, la bailarina y coreógrafa ecuatoriana Talía Falconi, y un grupo de artistas que se había conocido trabajando en Francia, para desarrollar un proyecto que bautizaron Río Teatro Danza Caribe, cuyas primeras obras mostraron un enorme potencial creativo.
Yo trabajaba en esa época como encargado de comunicaciones de la Cinemateca, y desde que vi su primera obra, Juanita en traje de baño rojo (1995), me fascinó el proyecto, por lo que voluntariamente me convertí en su agente en Caracas, lo que me llevó a viajar con frecuencia a Río Caribe. De allí que no fuera muy difícil incorporarme algunos años después al plan de recrear al Célebre especialista y a los muchachos bañistas. La idea era lograr de alguna manera reproducir las películas originales para incorporarlas a un montaje que incluiría teatro, danza y videos, en una obra que sería un homenaje al cine. Para su realización consultamos con varios especialistas sobre la forma más adecuada de generar imágenes similares a aquellas creadas en los primeros años del cinematógrafo, a finales del siglo XIX, cómo obtener la textura, la fotografía, la cadencia de las imágenes, la estética, etc. El video y la edición digital no estaban tan avanzados como en la actualidad, por lo que para lograr la mayor fidelidad posible, Oscar Garbisu, Director del Archivo Fílmico, llegó a proponer utilizar una antigua cámara que formaba parte de la colección de la Cinemateca, y consultar en Eastman Kodak la posibilidad de adquirir algún tipo de película parecida al nitrato de celulosa que nos permitiera reproducir la calidad de la emulsión original. Pronto la idea se desechó por impracticable. La cámara y su viejo cajón de madera resultaron inútiles, la medida de las cintas modernas no se adecuaban al formato de la época, así como las perforaciones. Kodak tampoco suministraría material alguno.
Por razones económicas, la alternativa entonces fue rodar en video y hacer en pos-producción todo lo que fuera posible para simular el material original. En la búsqueda de quien pudiera realizar ese trabajo con la calidad deseada, descubrimos que el director húngaro-venezolano Francisco Gózon había dirigido hacía pocos años en Hungría la fotografía de un film que fundía diferentes épocas: Haggyállógva Vászka (1996), una historia de dos pícaros ladrones rodada en color y blanco y negro que recreaba con una verosimilitud impresionante la antigua San Petersburgo.
Afortunadamente, Gózon se encontraba esos días en Caracas, y junto a su colega Angel Palacios aceptó llevar a cabo el proyecto. De esta manera, la cinta húngara y la experiencia de Gózon como fotógrafo fueron la base técnica para la realización del experimento de recrear las primeras películas filmadas en Venezuela.
Lo que siguió fue la parte más sencilla. Todo el equipo se trasladó al Estado Sucre, donde se alojaba Río Teatro Caribe, y en cuyas playas simulamos el Lago de Maracaibo. Se hizo un arduo trabajo de investigación en archivo para intentar dar con el tono apropiado, aunque la idea era ofrecer una versión libre de unas películas que ninguno de nosotros, en realidad, para esa época, nadie había visto. El vestuario y toda la dirección de arte corrió a cargo de la compañía teatral. La posada Caribana, en Río Caribe, fue la locación elegida para simular una habitación del Hotel Europa. El resultado del trabajo acompañó el montaje teatral estrenado finalmente en 1999, titulado Célebre especialista en el Gran Hotel Europa, ciento dos años después del centenario de la proyección original, y que algunos espectadores desprevenidos han llegado a confundir con las obras atribuidas a Manuel Trujillo Durán.
©Trópico Absoluto
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Como lo indica el investigador Jaime Sandoval, no se conoce ninguna película que pueda ser atribuida a Manuel Trujillo Durán, por lo tanto, no fue cineasta.
Como lo indica el aviso de prensa, las películas exhibidas en el Teatro Baralt el 28 de enero de 1897 lo fueron en un Cinematógrafo, no en un Vitascopio, aparato que ya había sido superado por el Cinematógrafo, por eso el aviso de prensa señala que el Cinematógrafo es un Vitascopio mejorado. De hecho, la programación que acompaña a «Célebre especialista…» y «Muchachos bañándose…» es típicamente Lumière: «Los Campos Elíseos» y «La llegada de un tren».
Como demuestra la investigación de Jaime Sandoval, lo más probable es que para la fecha del 28 de enero de 1897, Trujillo Durán se encontrara en San Cristóbal y Cúcuta haciendo exhibiciones con el Vitascopio importado por Luis Manuel Méndez.
En resumidas cuentas, Trujillo Durán ni fue cineasta, ni exhibió las películas de cuya autoría nada se sabe, ni siquiera se sabe si son de autor venezolano.
Bienvenidos al Día del Cine Nacional.