Polisemia, fotografía, contenido: Teresa Mulet y Violette Bule
María Teresa Boulton comenta la obra de Teresa Mulet (Caracas, 1970), actualmente en la Galería de Arte Carmen Araujo, y los trabajos más recientes de Violette Bule (Valencia, 1980) expuestos en diversas galerías de los Estados Unidos.
El deslave ocurrido, en 1999, en el Estado Vargas causó una impresión emocional y física en los habitantes de nuestro país. Habíamos recientemente aprobado una nueva constitución y pensábamos que abordaríamos nuevos tiempos para la población. La naturaleza se encargó de advertirnos que el camino no sería fácil, hasta a veces traumático.
Con este tema Teresa Mulet expone su obra, “Archivo-ruina: la casa en la intemperie” en la Galería Carmen Araujo, Hacienda La Trinidad. Este trabajo complejo, que podríamos llamar instalación, comprende fotografía, palabras, diseño, y mucho contenido, pues como dice la autora: “El arte si no es crítico es decoración”. La obra trata el deslave de 1999 en Vargas. La reflexión y sentimiento que causó, no solamente por el hecho físico del derrumbe, sino personalmente, porque esto concernía a todo el país y, particularmente, a la casa de sus padre, una de las viviendas que había sufrido esta calamidad.
Teresa Mulet, que es también diseñadora, había abordado anteriormente el tema de los archivos como contenido de la memoria y del orden sistemático custodiado en un cúmulo de información que puede luego ser ordenado para alimentar el conocimiento. El archivo es, pues, abundante información, y para Teresa las casas afectadas por el deslave son parte de un archivo que puede ser la memoria, a ser utilizado para expresar sus sentimientos.
Manuel Vásquez-Ortega en el texto del catálogo expresa: “Así en la obra de Mulet, la mirada sobre la ruina se expande y se enmarca en el olvido que hace precaria la existencia entre escombros, o que, por el contrario, no hace nada para evitar dicha vulnerabilidad inherente a lo humano”. La artista conjuga su dolor personal de destrucción, abandono, por el sentimiento paralelo de percibir la misma situación en su país, del cual ha estado ausente por mucho años. Su pérdida es mutua y paralela.
Para expresar este sentimiento Teresa, organiza una pared de fotografías instantáneas tomadas de esa vivienda perdida, el entorno, la difícil situación del momento y unas palabras relacionadas puestas en otro bloque adjunto. Las imágenes, pequeñas (también deslavadas) se cuelgan en una semblanza de muro, quizás próximo a derrumbarse.
Las palabras incluídas en una tableta aparte, pero junto a las fotografías, expresan también al igual que las imágenes los sentimientos de la artista. Algunas de estas palabras son: Precariedad, Acontecimiento, Flujo Devenir, Continuo, Discontinuidad, Transformación, Naturaleza Cambiante, Rendición Aislamiento, Caducidad Permanente, Olvido, Muerte, Pérdida, Idiologías, Pensamiento Único, Ruina… Palabras que como heridas pensantes nos sitúan, aún más, en el conflicto existencial de la autora. Su casa y el país se encuentran en una calamidad personal y pública.
Mulet ha expuesto internacionalmente otros trabajos, como ‘Campo de Control’ y ‘Muertes violentas en Venezuela’. El archivo, la confusión, el dolor están presentes en estos trabajos como también en la actual, ‘Archivo -ruina; la casa en la intemperie’. Como diseñadora, lo táctil-visual y la palabra son parte de su medio de expresión y el discurso-objeto le ayuda a su expresión. De hecho, el papel donde están impresas las fotografías y las palabras se pueden desprender y conformar un libro.
Otra artista venezolana cuyo tema fundamental es el país es Violette Bule. No hemos tenido la suerte de mirar su obra reciente en el país, aunque hace poco dictó en el Centro Mercantil una charla sobre su trabajo. Conocíamos sus críticas y fotografías humorísticas de la vida caraqueña que su experiencia en el teatro y la puesta-en-escena inspiró, pero en ‘Echo Chamber’, su trabajo en Transart Foundation for Art and Anthropology, en Houston, lo expuesto es mucho más complejo. Incluye sus fotografías y físicamente ollas que al destaparse aparecen como espejos de la mirada del espectador, donde a la vez se oyen grabaciones de discursos, proclamas, consignas de políticos venezolanos como también ruidos de cacerolazo. Pero la olla es también el lugar del guiso nacional. También como símbolo de los avatares del país, Bule menciona el Helicoide, al que muestra invertido para reflejar el impulso de la vanguardia moderna citadina, para luego terminar en la decadencia de una cámara de los horrores. Este símbolo caraqueño, así como la tragedia del deslave en Vargas, en 1999, es también mencionado en la obra de Angela Bonadies “La excepción y la ruina”, texto de Colette Capriles publicado por Trópico Absoluto.
Pero regresando a Bule, ella explicaba en su charla la necesidad de reciclar la imagen, resemantizando y recontextualizando el concepto originalmente expuesto. Esto se aplica también a los objetos utilizados en la exposición de su obra.
Lo colectivo es importante para el trabajo de la artista, así como la historia de su vida y las estructuras de poder. En general, la obra de Bule es eminentemente crítica y política con el país, aunque la artista se plantea ahora (expresaba en una conversación personal) la necesidad de confrontar nuevas narrativas. Son varias las maneras en que sus trabajos actuales expresan su posición política: con fotografías, objetos, palabras, voces, gestos. Con humor, teatro, memoria, en colectivo.
En un interesante texto de Irina Troconis (2021), “Ecos subversivos” publicado también en Trópico Absoluto, que trata la obra de Violette Bule, la escritora expresa en relación a ‘Echo Chamber’ que los ecos que se desprenden de sus instalaciones –cada una de las cuales constituye una experiencia multisensorial que involucra temporalidades enmarañadas y geografías entrecruzadas– son piezas de un rompecabezas siempre cambiante en el que la historia reciente del país se arma y se desarma.
Y más adelante, prosigue en relación a las ollas y el guiso, “en Venezuela, esta palabra denota tanto una especie de guiso que se puede hacer con una gran variedad de ingredientes, como un acto de fraude, corrupción o engaño que va en contra de la ley y que se hace para conseguir un beneficio personal. De este modo, el público no sólo se convierte en parte de la instalación –sus rostros “completan” el diseño de las ollas– sino que también forma parte de la red de actos y decisiones cuestionables que se materializa en el sonido que sale de cada olla. Bule subvierte así el acto de consumo de la obra de arte y de la información que se ofrece en ella. En lugar de absorber automáticamente lo que el ojo aprehende –como lo haría si se le presentara un «guiso» normal–, el público debe navegar cuidadosamente por superficies irregulares y rincones difíciles mientras intenta dar sentido a los ecos que salen de ellas, y al papel que cada persona desempeña en un rompecabezas espacio-temporal que se niega a quedarse quieto”.
La obra de estas dos artistas está inscrita en la resemantización de la imagen, las palabras y el objeto, como una manera de utilizarlos para expresar los sentimientos y los pensamientos hacia el tema escogido. Para éstas el público es parte de la obra, en Mulet presentando las fotografías en un papel desatable y desechable, en Bule destapando la olla y haciendo aparecer la imagen del espectador como parte de la olla.
©Trópico Absoluto
María Teresa Boulton (Caracas, 1938), egresada como licenciada en Artes con especialización en fotografía por la State University of New York (1985). Fotógrafa, gestora e investigadora de la fotografía. Fue docente en la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela (1984-1993). Dirigió junto a Paolo Gasparini la galería La Fototeca. Presidió el Consejo Venezolano de Fotografía. Fundó y dirigió el Centro de la Fotografía-CONAC y la revista Extra-Cámara. Ha publicado: Apuntes de la Fotografía Contemporánea Venezolana (Caracas: Monte Avila, 1990), 21 Fotógrafas venezolanas (Caracas: La Laparañona, 2003), Pensar con la fotografía (Caracas: Fundación El Perro y la Rana, 2006). Desde el año 2012 preside la Junta Directiva de la Fundación John Boulton.
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